Siguiendo la venerable tradición de las Memorias de Bilbao que dejaron Orueta, Arriaga, Unamuno, Gortazar o Sánchez Mazas, Bilbao-Goyoaga nos propone unas Memorias de la Ría. No son libros de historiadores ni de costumbristas. Son testigos excepcionales de una época, de una idiosincrasia o de una actividad.

Bilbao-Goyoaga tiene un título verdaderamente excepcional para contarnos estas memorias de la Ría. Desde hace 300 años, asentada su familia en Deusto, ha visto los cambios desde la ancha Ibaizabal de playas y arenales al canalizado Nervión industrial. Participando además su familia en el más bilbaino y más vasco de los oficios: fabricando velas a los veleros bilbainos. Con sobriedad, sin ideología, nos va contando con nombres y apellidos ligados directamente a su familia, aconteceres de la Ría. Algunas anécdotas (la verdadera ikurriña, el Estado de Excepción de Chavarri…) no sólo inéditas, sino impensables.

Los editores entienden que estas memorias de la Ría quedarán unidas y en el mismo rango a las hermosas de Orueta, Arriaga, etc.