Los poetas malditos

Los poetas malditos

En 1884 (la primera serie y en 1888 la segunda) sale a la luz un libro que podemos considerar de crítica literaria en sentido amplio, pues en él se manifiestan las tendencias poéticas de su autor en aquellos momentos. Algún crítico ha llamado a éste y otros libros de Verlaine publicaciones “alimentarias”, pues de lo que se trataba, por encima de todo, era de conseguir unos francos, dada la impresión que ofrecen sus páginas de estar compuestas de forma apresurada. Sin embargo, los jóvenes recibieron el libro como testimonio de una nueva estética, como un mensaje de poesía ideal en el que cifrar sus aspiraciones; por ello tuvo buena acogida entre el público que empezaba a reivindicar su figura.

¿Por qué son malditos los seis poetas de este ensayo crítico?, se preguntará el lector. Cuando se publica el libro, tanto Marceline Desbordes-Valmore como Tristán Corbière habían muerto sin haber obtenido la fama y formaban parte de la generación anterior. Por otro lado, Rimbaud había abandonado la poesía hacía años y estaba fuera de Francia. Maldito también es el mismo Verlaine que aparece bajo el seudónimo de Pobre Lelian. Los otros dos poetas, Mallarmé y Villiers de L’Isle Adam, aunque estaban vivos, habían sido escasamente reconocidos y sus obras poéticas poco difundidas. Todos ellos son malditos para Verlaine, aunque, quizá, a quienes mejor conviene el adjetivo sea a Rimbaud y a él mismo, que quiere llegar a la fama de la mano de su antiguo amigo.

Con este libro, Verlaine presenta una serie de poetas que encarnan el gusto poético que encauza la nueva sensibilidad simbolista con finas reflexiones críticas y algunas más de carácter humorístico. El libro no pretende mantener la formalidad de un ensayo de crítica literaria, pero lo es, en realidad, si se prescinde de algunas superficialidades.

Los poetas malditos, junto con toda la obra de Verlaine, llegó a España de la mano de la Editorial Mundo Latino que, en la década de los veinte, acometió la traducción en pequeños volúmenes de todos los versos y prosas del escritor francés. Cada tomo venía primorosamente decorado por los mejores dibujantes de la época. Los poetas del momento como Emilio Carrere, Fernández Ardavín o Díez Canedo se encargaron de las traducciones. Los poetas malditos fue traducido por Mauricio Bacarisse en 1921, con preciosas ilustraciones de Dehesa de Mena, que ofreció una cuidadísima versión del texto francés aplaudida por la crítica. Más adelante la editorial le encargó la traducción de otra obra del poeta: Jadis et Naguère, esta vez ilustrada por Bujados, hoy conocida como Antaño y hogaño, pero que Bacarisse tradujo por Antaño y ayer por creer que de esta forma respondía mejor el título a los poemas tan distintos y tan distantes incluidos en el libro. En esta edición ofrecemos, precisamente, la traducción de Mauricio Bacarisse que, como hemos señalado, publicó la editorial Mundo Latino en 1921. Esta es la razón por la que, a las noticias biográficas de cada uno de los poetas incluidos en la antología, añadamos la del traductor.

Extracto de la introducción escrita por Roberto Pérez de Los poetas malditos. Paul Verlaine. Traducido por Mauricio Bacarisse