Francisco Iturribarria

Francisco Iturribarria

En la solemnidad de su tristeza

Contemporáneo y amigo de Miguel de Unamuno, de Carmelo Echegaray, Ramón Basterra, Domingo Agirre y otros grandes euskaltzales, el sacerdote y poeta Francisco de Iturribarria nació en Bilbao en 1863 y murió en su ciudad natal en 1916, después de desarrollar su vida pastoral como sacerdote en Santurtzi, Portugalete y la bilbaina catedral de Santiago. Su educación religiosa y la profunda devoción a la virgen son motivo central de muchos de sus poemas y relatos, la mayoría de una profunda espiritualidad, y eso lo asemeja al gran poeta del Mester de Clerecía castellano.

Ha transcurrido ya un siglo desde que falleció, y hoy ni los manuales de historia literaria, ni las guías culturales ni las instituciones se hacen eco de su paso por la ciudad en que vivió y escribió. Va a parecer verdad, y duradera, “la abandonada situación del poeta vizcaino” de la que nos hablaba su allegado Ramón de Basterra, quien tantas horas compartió  entre lecturas, cartas y cuartillas y que dijo de él lo que aún hoy sigue siendo evidente: que “habitaba desconocido entre sus contemporáneos”.

 

Seve Calleja, que en esta misma colección publicó la semblanza del impresor Juan E. Delmas, nos ofrece ahora la del presbítero y poeta bilbaino, oportuna a más no poder, porque, aprovechando el centenario de su muerte, acaso sea hora de que los bilbaínos recuperemos la figura de este sacerdote filósofo y poeta y con ella, el interés por sus libros tanto en prosa como en verso, en los que, según Unamuno, “se esconde un alma, se recata, se hurta; un alma torturada…(que) canta para acallar su queja”.