José María Belausteguigoitia Landaluce es un personaje que hemos rescatado del olvido, por pura justicia histórica. En su doble faceta humana y deportiva, su figura se nos presenta plena de abnegación de fe en sus propias ideas y de una bonhomía ejemplar.

Su trayectoria futbolística lo sitúa en un lugar prominente, conforme se hace constar en el presente libro. Como líder de un grupo carismático -estamos ante el primer capitán de la selección española-, contribuyó en buena medida al logro de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Amberes. Para la historia ha quedado aquel su mítico grito de “A mí, Sabino…”, símbolo y representación de una tenacidad y de un estusiasmo emperecederos.

Bilbaino, fervoroso amante de la tierra que le vio nacer, diferentes avatares le llevaron a buscar en otros mundos la paz y el sosiego que necesitaba.

Nunca tuvo otro equipo que el Athletic y a él dedicó lo mejor y más granado de sus extraordinarias facultades físicas. Conocerle ahora debe constituir un grato placer para las nuevas generaciones rojiblancas, en tanto que recordarle supondrá un ejercicio de plácida nostalgia en el ánimo de quienes todavía hoy no han reparado en lo que fue y significó.

Carlos Bacigalupe. Director de la colección Bilbainos Recuperados.