De Bangor a Delos. Poemas de los lagos.
Nada va a cambiar mi mundo.
Nada más que esta luna llena sobre tejados
y este vacío en el alma.
Nada va a cambiar mi mundo
más que el haberte conocido.
Estas calles de Londres sin norte.
Esta torre por un mundo coronada
que hoy asoma sobre los edificios
ya ha cambiado mi mundo
Y aquel viaje en tren por las playas de Gales,
y las tiendas de Chester contigo,
y el chillido de gaviotas en el mar de Caernarvon
han cambiado ya tanto mi mundo
que en nada se parece al que antes era.
José Ramón Blanco. De Bangor a Delos.
Quietud de la mañana sobre el lago,
al sol sobre la senda de pizarra.
Amor en la quietud de los caminos,
sobre la alfombra verde de la cumbre.
Amor entre los árboles de otoño,
en el silencio de los desfiladeros.
El agua se ha quedado quieta, azul,
bajo las nubes, cercada por los árboles.
Qué dulce sentirse perezoso en la mañana
frente a la bahía de legendarias arenas,
asomados a su espejo tranquilo.
Un avión rompe el aire con su trueno,
cruza su sombra sobre las quietas aguas.
José Ramón Blanco. Poemas de los lagos.