Describe D. Emiliano de Arriaga la vida cultural y las costumbres de Bilbao en 1850. Él dice que es una novela. Cuenta la formación de un “cuartel” de amigos. Hoy diríamos “txoko”. (Para los que defienden la antigüedad pionera de los txokos gipuzkoanos de 1894 y 1898, este librito es un inentis rotundo: son más antiguos los “cuarteles” bilbainos).

De ese “cuartel” en la pastelería de Mattossi (el de los Cafés Suizos) nacerá la Sociedad Filarmónica y la orquesta de aficionados de Bilbao. Describe no sólo las fiestas, las soirées, las limonadas gernikesas o las romerías. Sobre todo describe el talante brillante y chirene de unos hombres que vinieron a transformar no sólo Bilbao y Euskadi, sino toda España. Los mercaderes sietecalleros que se convirtieron en mineros primero y luego en navieros, armadores, siderúrgicos y banqueros. Los hombres que crearon la gran empresa moderna, la industrialización.