El autor muestra al personaje de su novela de forma muy distinta a
como se la ha visto por la mayoría de los novelistas o artistas.

Lucrecia Borgia, después del matrimonio y el forzado divorcio de su
primer marido, Giovanni Sforza, señor de Pesaro, y del asesinato de su
segundo esposo, Alfonso de Aragón, en el que tuvo buena parte su
hermano César, emprende un largo viaje en invierno para encontrarse
con su nuevo esposo, Alfonso de Este, hijo del duque Hércules de
Ferrara.

Lucrecia será duquesa de Ferrara y vivirá una vida plena, dedicada
a su marido, sus hijos y su pueblo. Amará a eminentes personajes de su
época. como Pietro Bembo y Francisco Gonzaga. Tratará y protegerá a
poetas y humanistas como Strozzi, Ludovico Ariosto y Erasmo de
Roterdam y pintores como Tiziano.

Javier Viar presentó la novela como un ejemplo del romanticismo,
con su amor a los contrastes y a la intensidad dramática, pero destacó
también en ella un interés más amplio de reconsiderar la figura de
Lucrecia y buscar una mayor veracidad histórica.

La novela constituye una orfebrería histórica con gran cantidad de
nombres y hechos, que transmiten la efervescencia de la época, la
movilidad social, los usos políticos, las costumbres amorosas y
domésticas, las relaciones familiares y de poder, los atuendos, los
desfiles y batallas. Una opulencia propia de la época y de la sociedad
papal y noble.