Manuel Gómez, homo faber
Manuel Gómez Canales (1868-1921), cuya reseña biográfica figura en manos del lector, fue un hombre de sólidos principios, que llegó a dirigir los destinos de la empresa más poderosa de España en su época: Altos Hornos de Vizcaya. De procedencia humilde, pues nació hijo de jornalero adscrito a la plantilla de la fábrica Nuestra Señora del Carmen, a la muerte de éste y por culpa del tozudo empeño de su madre, estudió contabilidad en la Escuela de Comercio de Bilbao, obteniendo el título de Profesor Mercantil con sólo 16 años. Alcanzó su primer empleo como pinche de listero en las oficinas de Básculas de la entidad, que luego dirigiría, en 1885, con dos reales de sueldo. Su valía y tenacidad le permitirían, al paso de los años, comandar la compañía de mayor enjundia en el conjunto del país.
Conforme ilustran los autores del presente trabajo, su carácter duro, puesto a prueba de continuo en el mundo industrial y laboral donde se movía, no le impidió, al tiempo, ser un católico convencido, “que formó una gran familia y que creyó en el poder del trabajo, y creyó también en que no podía renegar de su pasado, llegando a llevar a cabo una gran política social en AHV”.
Murió trágicamente por causa de un atentado, cuyos motivos aparecen llenos de incógnitas, a la temprana edad de 52 años. Y su ausencia no hizo sino evidenciar el grado de reconocimiento y cariño que la sociedad dispensó a la persona poseedora de un espíritu de compromiso por llegar a acuerdos, conjugado de manera ideal con sus intentos loables para promover la convivencia.
Su historia, atípica por otra parte, se nos muestra crucial si queremos entender una parte oculta de los aconteceres sociales y económicos vividos por la Bizkaia de aquel tiempo.
Carlos Bacigalupe. Director de la colección Bilbainos Recuperados