Pedro Arrupe, jesuita y bilbaino universal
Con ocasión de celebrar el centenario de su nacimiento, la biografía de Pedro Arrupe Gondra, jesuita y bilbaino universal, se presenta como una magnífica oportunidad de conocer en toda su dimensión la personalidad de quien fuera destacado Prepósito de la Compañía de Jesús desde 1965 hasta 1983.
El trabajo que ahora obra en poder del lector destaca su admirable talante intelectual, el nuevo estilo de ejercer la autoridad que tuvo y la envergadura de una acción por él emprendida, que colocó a los jesuitas en el epicentro de la atención mundial.
La doctora María Jesús Cava Mesa, docente de amplio currículo y autora de esta prieta y apasionante semblanza, ha desechado de puro intento los excesos del pintoresquismo anecdótico, evitando, al tiempo, caer en fáciles tentaciones triunfalistas cuando tan sencillo parecía. También ha huido de revisionismos improcedentes. En su aspecto formal, la historia que aquí se evoca está escrita a base de robustos trazos descriptivos resueltos con rigor y escrupulosidad académica, por facilitar al interesado una idea panorámica cierta, la referencia dinámica de un carácter singular y de una personalidad irrepetible. Como el propio biografiado relataba en sus memorias, volviendo se aprende, es cierto. Pero también leyendo, porque un libro puede condensar lo que haya de valor en una experiencia de largos años. Es el caso que nos ocupa.
Según sus próximos, el Padre Arrupe fue un vasco que amó entrañablemente a Bilbao y en sus recuerdos figuraron siempre como una miscelánea arrebatada e ingenua “los famosos Santiaguitos de San Blas, el recuerdo de las tradiciones religiosas, sus procesiones, el santuario de Nuestra Señora de Begoña, la vida colegial, los Luises, el chocolate siendo pequeños, el Athletic… la ría”. Es decir, se manifestó copartícipe de los anhelos que a diario suspiraron sus paisanos, presentes de continuo en su corazón y en sus sentimientos.
Carlos Bacigalupe. Director de la colección Bilbainos Recuperados.